Sal del Himalaya, el ionizador más natural
Las lámparas de sal emiten iones negativos tanto de día como de noche permitiendo equilibrar nuestra vida. Estos iones negativos se pegan a los positivos, que han perdido sus moléculas de oxigeno, neutralizándolos y purificando el aire de los lugares donde se encuentren.
Los iones negativos se absorben a través de la piel, produciendo efectos en los órganos internos, pero fundamentalmente influyen sobre el organismo a través de la respiración, permitiendo una mayor absorción de oxígeno y purificando el aire de polvo y polución.
Estudios científicos demuestran que las lámparas de cristal de sal pueden aumentar los iones negativos hasta en un 300%.
En la naturaleza, los iones negativos se crean por medio del viento, de la luz del sol, de la resaca de las cascadas, de las tempestades, de la lluvia… En el aire fresco encontramos hasta 4000 iones negativos por centímetro cúbico. Con fuerte oleaje o cerca de una cascada pueden contabilizarse hasta 10.000 iones negativos. Por el contrario, el número de iones negativos en ciudades más grandes, no alcanza 100.
Seguro que en más de una ocasión has sentido cómo se llenan tus pulmones de aire puro y fresco, después de una tormenta eléctrica, o a orillas del mar. Y habrás experimentado también una sensación de paz y calma. Esto de debe a que en estos entornos y circunstancias, el aire está inundado de iones negativos.
Además, el hermoso color naranja, el más cercano al color de la luz, que emiten las lámparas de sal nos provee de bienestar al crear un ambiente equilibrado, tranquilo, relajado, perfecto para estimular nuestra concentración y meditación.
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Un comentario el “9 BENEFICIOS DE LAS LAMPARAS DE SAL DEL HIMALAYA”